Aunque muchas veces no lo tenemos en cuenta, las marcas pertenecen a grandes grupos empresariales, que acogen a varias de ellas. Hay muchos grupos que se dividen en marcas diferentes, incluso en los mismos mercados. A veces, esas marcas han nacido dentro del grupo empresarial al que pertenecen pero en otras ocasiones son marcas que se han adquirido o que llegan por fusiones de grupos. Este es el caso de Stellantis, que se creó hace unos años por la unión de varios grupos empresariales.
Esto ha provocado que bajo la enseña de Stellantis se reúnan hasta 14 marcas diferentes, que han tenido distintos orígenes y que hoy están bajo el paraguas de esta gran multinacional. Las marcas que pertenecen al grupo son todas bastante conocidas y todas con un largo recorrido en el mercado, así que seguramente las conozcas todas.
Estas marcas son Citroën, Fiat, Opel, Vauxhall, Peugeot, Abarth, , Lancia, DS Automobiles, Alfa Romeo, Maserati, Ram, Dodge, Chrysler y Jeep. Entre todas ellas, suman muchos modelos diferentes, pero también muchos otros que son idénticos o muy similares. Así que se encuentran haciéndose la competencia entre ellas mismas. Y esto, claro, trae consecuencias.
Hay marcas de Stellantis que siguen produciendo beneficios y que tienen modelos que venden bastante y son rentables. Pero hay otras que han ido cayendo en el olvido y que los compradores no tienen en cuenta cuando eligen sus nuevos coches. Por ejemplo, Lancia lleva mucho tiempo estando en el mercado italiano con un único modelo. En la actualidad está renovando su catálogo y ya hemos conocido el Lancia Ypsilon, que se fabrica en Zaragoza.
Pero aún así, podría ser una de las marcas que no lleguen al mínimo que quiere exigir Carlos Tavares, el CEO del grupo. No es la única, ya que Maserati, otra marca clásica, también podría estar en el punto de mira del directivo. Los malos resultados generales de Stellantis podrían hacer que alguna de estas marcas dejaran de estar bajo el paraguas del grupo.
¿Significa esto que desaparecerán? No se ha comentado nada sobre esto, pero la estrategia podría ser vender estas marcas y deshacerse de estos escollos que merman la rentabilidad del grupo. Por el momento, solo hay una advertencia, bastante seria, de Tavares. El futuro de varias de las marcas de Stellantis está en la cuerda floja y, al parecer, al CEO no le va a temblar el pulso a la hora de deshacerse de estas marcas deficitarias.