Los coches pueden tener una vida media de unos 12 años si miramos la media europea, siendo en España algo más, de unos 14 años antes de renovar el vehículo y sustituirlo por otro nuevo. Sin embargo, los coches están pensados para tener una vida útil más larga, todos hemos visto coches muy antiguos que aún funcionan. Por tanto, estos coches pueden tener una segunda oportunidad en el mercado de segunda mano. No obstante, el desguace parece su fin.
A pesar de que una vez llegan al desguace no serán conducidos nuevamente, siguen siendo productivos, ya que pueden servir como fuente de piezas para reparaciones de otros modelos iguales. Incluso hay una vida más allá del desguace. Y, ahora que está tan de actualidad el tema de la sostenibilidad, el reciclado y la economía circular, seguro que te interesará…
Vida después del desguace: La reencarnación de tu coche
Los coches están compuestos de multitud de piezas y materiales muy diversos. Los que han quedado en el desguace, se comienzan a procesar para que tengan una nueva utilidad, una vida útil. Estos coches terminará convirtiéndose en otras partes de coches nuevos, en objetos cotidianos que todos tenemos en casa o en la oficina, y algunos elementos incluso terminarán sirviendo para el asfalto de las carreteras. Un ciclo de vida en el que, desgraciadamente, no todo es de provecho, y algunas otras partes terminan en vertederos o se deben tratar de forma especial para evitar que terminen contaminando.
Pues bien, veamos cómo es ese proceso por el que el coche comienza a ser algo más útil, cómo un vehículo deja de serlo para ser materia prima en potencia…
Proceso de despiece
El proceso de despiece de un vehículo en un desguace es meticuloso y se realiza siguiendo una serie de pasos cuidadosamente para la máxima recuperación de materiales.