El hidrógeno sigue ganando protagonismo en la carrera hacia la movilidad sostenible. En un esfuerzo conjunto por avanzar en esta dirección, BMW y Toyota han decidido unir fuerzas para desarrollar la próxima generación de vehículos con tecnología de pila de combustible. Este acuerdo entre dos gigantes del sector automotriz promete revolucionar el mercado, con el primer vehículo de producción en serie de BMW impulsado por hidrógeno previsto para 2028.
BMW se prepara para ofrecer una alternativa al vehículo eléctrico tradicional con su nuevo modelo de pila de combustible (FCEV). Un sistema de propulsión que, como muchos ya sabéis, no solo garantiza cero emisiones locales, sino que además proporciona una opción adicional para los consumidores preocupados por el medio ambiente.
Tras el éxito de la flota piloto del BMW iX5 Hydrogen, probada en diversas partes del mundo, la marca alemana ha confirmado que su primer modelo de producción en serie con pila de combustible llegará en 2028. Este vehículo se integrará en la oferta actual de BMW como una variante más de sus modelos existentes, consolidando la visión de la marca de ofrecer un abanico diverso de opciones de movilidad eléctrica, que incluye tanto vehículos eléctricos a batería (BEV), híbridos enchufables (PHEV) y ahora también FCEV
La relación entre BMW y Toyota no es nueva; ambas marcas llevan más de una década trabajando en proyectos conjuntos. Esta nueva fase se centra especificamente en acelerar el desarrollo de la tecnología de hidrógeno. El hidrógeno es visto como un elemento esencial para la descarbonización global, especialmente en su capacidad para almacenar energía renovable de manera eficiente y equilibrar la oferta y demanda energética. Su potencial va más allá de la movilidad, pues también podría integrarse en las redes energéticas de forma estable y sostenible.
Un sistema de propulsión compartido para distintos modelos
Este acuerdo permitirá que BMW y Toyota compartan el desarrollo del sistema de propulsión basado en celdas de combustible de hidrógeno, aplicando la tecnología tanto en vehículos comerciales como en modelos convencionales de pasajeros. A pesar de la colaboración, ambas marcas mantendrán sus características distintivas, ofreciendo una gama de opciones que combinan la experiencia y estilo propio de cada fabricante. Esto significa que los clientes podrán elegir entre diferentes modelos de FCEV sin renunciar a la identidad de las marcas que representan.
Además, la colaboración no solo busca avances tecnológicos, sino que pretende reducir los costos de producción de esta tecnología, lo que facilitará su accesibilidad a un mayor número de usuarios. Esto convierte al hidrógeno en una opción cada vez más viable para el futuro de la movilidad eléctrica.
