Parece una broma, pero el futuro del CUPRA Tavascan pende de un hilo. Y no solo del modelo eléctrico de la marca española, sino que toda la marca se encuentra en una difícil posición. Y todo, debido a los aranceles que ha comenzado a aplicar la Unión Europea y que se aplican también sobre el Tavascan. Y no es un incremento bajo, precisamente.
Prácticamente todos los modelos de CUPRA se fabrican en Europa, pero el Tavascan fue pensado para ser fabricado en China. Aunque ha sido diseñado y desarrollado en España, la producción se realiza en la planta de Anhui, en la que se ha invertido una fuerte cantidad de dinero para que pueda afrontar la producción del modelo. Así que se considera como vehículo importado desde China y merecedor de los nuevos aranceles a la importación de vehículos chinos.
Estos aranceles se han impuesto para proteger a las marcas europeas frente a la llegada de coches desde China, un país cuyas empresas están llegando al mercado europeo con fuerza y se están posicionando sobre las marcas regionales. Este arancel era, en principio, del 10% del precio de venta, pero con la nueva normativa, se ha añadido un porcentaje mucho más alto.
Los porcentajes varían según las marcas, pero en el caso que nos ocupa, el del CUPRA Tavascan, ha pasado de ser del 10% a verse incrementado con un 21,3% adicional. Esto hace que el precio de venta se haya quedado en el 31,3%. Un aumento de precio que puede poner en grave peligro las expectativas de venta del modelo.
El problema es que CUPRA no es capaz de subir el precio de cada unidad a la venta del Tavascan, por lo que el margen de beneficios se reduce drásticamente y si no se llega a las perspectivas de ventas, se pueden encontrar en serios problemas. Además, el no llegar a las previsiones de ventas podría hacer que CUPRA no llegue a los porcentajes de reducción de gases contaminantes, lo que puede provocar que reciba fuertes multas.
Todo esto puede hacer que la propia compañía tenga serios problemas y deba desaparecer. Al menos, tendrá que enfrentarse a una reducción de producción y eliminar varios puestos de trabajo. Un futuro nada prometedor que CUPRA ha de intentar sortear y salvar la marca.
Con esta situación se plantea una seria duda, ya que CUPRA es una marca europea, aunque este modelo se fabrique en China. Su coche no está pensado para un público mayoritario, aunque se fabrique en China y se importe a Europa. Por eso, la marca está luchando para reducir los efectos de este arancel, que no ve justo en este caso.