¿Qué pasa si falla el sensor MAF en tu coche?

El sensor MAF, también conocido como el sensor de flujo de aire, es un componente clave en el funcionamiento del motor de muchos vehículos con motores de combustión interna. Su función principal es medir la cantidad de aire que está entrando al motor para que la unidad de control electrónica (UCE) del coche pueda ajustar la cantidad de combustible que se inyecta, logrando así la mezcla óptima de aire-combustible. Pero, ¿qué sucede cuando este sensor falla? ¿Cuáles son los síntomas y cómo podemos solucionarlo? A continuación, analizaremos todo lo que necesitas saber sobre el sensor MAF y su importancia.
Cuando este dispositivo presenta problemas, el rendimiento del motor se ve afectado de distintas maneras. Desde la pérdida de potencia hasta un consumo excesivo de combustible, las señales de una falla en el sensor de flujo de aire son variadas, pero con un buen diagnóstico y mantenimiento, podemos solucionar estos problemas sin mayores complicaciones.
¿Cómo funciona el sensor MAF?
El sensor MAF está diseñado para medir el flujo de aire que entra al motor. Para ello, utiliza un alambre hecho de material como el platino, a veces llamado ‘hilo caliente’, que se calienta a una temperatura constante de aproximadamente 200 grados Celsius. Cuando el aire pasa sobre este alambre, baja su temperatura, lo que requiere más corriente eléctrica para mantener el calor. La UCE monitorea esta corriente adicional y, con la ayuda de otros sensores como el de temperatura del aire y la presión atmosférica, puede calcular la cantidad exacta de oxígeno que está entrando al motor.
Gracias a esta medición precisa, el motor puede ajustar la cantidad de combustible que se inyecta para optimizar la mezcla aire-combustible. Si la mezcla es demasiado rica (más combustible que aire), el motor funcionará mal y consumirá más gasolina. Por el contrario, si la mezcla es pobre (menos

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