Peso y potencia, dos de los factores primordiales a la hora de hablar de prestaciones. Hay una frase popular generalmente atribuida a Colin Chapman que reza así: “No me dobles la potencia, divídeme el peso”. Una afirmación que parece estar llegando cada vez a más fabricantes, como BMW M, que anuncia que su camino irá hacia la reducción de pesos más que hacia el aumento de potencia.
Sus últimas creaciones responden en cierto modo a este principio. Los BMW M3 y M4 han dejado de lado la guerra de potencias y se han quedado en unos 431 caballos que significan un aumente de sólo 11 caballos frente a la generación anterior. Y es que tal vez se hayan dado cuenta que una berlina deportiva con la potencia de un superdeportivo es una incongruencia.
Con esto en la mano, BMW M irá por los derroteros de rebajar las cifras en la báscula, algo que ya lleva aplicando en varias de sus creaciones con, por ejemplo, el techo de fibra de carbono, que reduce el peso del conjunto a la vez que el centro de gravedad. Y esto podría ser un simple adelanto. Los nuevos M3 y M4 son unos 80 kilos más ligeros que sus antecesores.
BMW ya ha puesto en el mercado un coche con buena parte de su estructura fabricada en fibra de carbono, como ocurre con el i3. Un modelo que está teniendo buena acogida y que ha permitido a BMW afirmar que han hallado la fórmula para utilizar este material ligero en gran volumen sin aumentar los costes de forma inasumible.
Precisamente esta afirmación debería de llegar al futuro de BMW M, utilizando materiales ligeros como la fibra de carbono o el aluminio de forma más intensiva en la construcción de los coches. Podemos entonces esperar muchos más elementos realizados en