Que la oferta de modelos en BMW es cada vez más grande y, a veces, excesiva, no es ningún secreto. Lo mismo ocurre con sus rivales alemanas, y esto ha llevado a tomar decisiones que, si bien pueden decepcionar, resultan de lo más comprensibles. Parece ser que no conoceremos un BMW M4 Gran Coupé.
Nuestro compañero Domingo probó días atrás el nuevo Serie 4 Gran Coupé, un modelo que imita la fórmula del Serie 6 Gran Coupé, sólo que en un segmento más pequeño y con una aproximación a un público más general, menos exquisito. Sin embargo, una versión deportiva de éste podría no tener mucho sentido para la marca.
No nos engañemos, teniendo los BMW M3, M4 y M4 Cabrio, ofrecer una cuarta carrocería no tiene mucha lógica, más cuando ya hay una opción similar, como es el propio M3. Este tipo de carrocerías, tal y como ocurre también con el Audi A5 Sportback, no tienen un nivel de ventas tan alto como para disponer también de variantes deportivas. No, tampoco hay RS5 Sportback.
El M3 ya suple las carencias del M4 si hablamos de habitabilidad, con puertas traseras y un espacio atrás bastante más adecuado que el este último. Un M4 Gran Coupé sólo aportaría un maletero más accesible gracias al portón y una línea más parecida al M4 Coupé. Pero no seamos quisquillosos, el M3 ya tiene una imagen bastante bruta y afinada como para necesitar otro coche igual.
Pero BMW apela a otro problema para, supuestamente, no plantearse la posibilidad de un M4 Gran Coupé, la logística. Y es que los Serie 3 y Serie 4 no comparten la línea de montaje con el Serie 4 Gran Coupé, lo que implicaría aumentar los costes de producción para un nivel de ventas que, según BMW, no sería suficiente ni rentable.
Por tanto,