Desde luego resulta chocante a estas alturas hablar de la posibilidad de la llegada de un motor diésel a la gama de Lexus. Desde que la anterior generación del Lexus IS cesase su comercialización, la filial de lujo de Toyota no ha ofrecido más vehículos con motor diésel. Es más sus planes pasan por decir “Sayonara Diésel” y apostar por las eficientes mecánicas híbridas que caracterizan a la marca e incluso comercializar su primer motor turbo de 2.0 litros en el Lexus NX, el nuevo SUV de la marca japonesa.
El Lexus LX es el modelo más grande de la marca. No se comercializa en Europa, pero en Norteamérica, Australia y Asia es un modelo con una buena acogida. Es un derivado directo del Toyota Land Cruiser 200, pero a diferencia de este, sólo se comercializa con un motor V8 gasolina de 5.7 litros que rinde 383CV. Mientras que en Europa sería una herejía, en sus principales mercados no resulta llamativo su motor ni su exagerado consumo de combustible. A pesar de ello Sean Hanley, director de Lexus Australia, ha dicho en unas declaraciones a Drive que una versión diésel tendría aceptación.
Algunos mercados como el estadounidense están viendo como poco a poco la demanda de vehículos diésel coge fuerza, aunque todavía están lejos de los motores de gasolina. En el caso del Lexus LX, ahora que el combustible no es tan barato, una variante de gasoil empieza a cobrar sentido. Sería más lógico pensar en alguna variante híbrida utilizando el sistema del Lexus LS 600h, pero lo cierto es que siendo el LX un derivado del Toyota Land Cruiser 200, no sería difícil adaptar algunas de las mecánicas diésel existentes en este modelo.
El Land Cruiser 200 tiene como tope de gama un motor diésel V8 de 4.5 litros que entrega 272CV.