La que fuera en su día la cuna del motor en Estados Unidos, Motor City, es ahora una ciudad regida por la incertidumbre. La enorme dependencia del sector del automóvil, la pérdida del 60% de su población desde los años cincuenta, los problemas económicos que esto conlleva y la corrupción política, han convertido Detroit en una auténtica ciudad fantasma, con miles de edificios abandonados, iglesias en ruinas y antiguas fábricas convertidas en galerías de arte callejero. La mayor ciudad estadounidense hasta la fecha en declararse en bancarrota, que un día fue centro de operaciones de los tres grandes fabricantes de automóviles (Ford, Chrysler y General Motors), es también una de las más peligrosas de todo el país, aunque en ella surgen «brotes verdes» que aportan esperanza. Qué mejor manera de hacernos una idea de lo que es Detroit que a través de fotografías. Vamos a verlas. Los años dorados Durante los años de apogeo de la ciudad del motor, nadie imaginaba lo que depararía el futuro. Detroit fue en las décadas de los cincuenta y sesenta un gran centro económico, sede de los fabricantes más importantes de la industria del automóvil, un sector que daba empleo a uno de cada diez estadounidenses. Foto: Alden Jewell Motor City A día de hoy, y tras el descalabro de la compañía en 2009, General Motors aún conserva su sede central en Detroit, concretamente en el imponente centro Renaissance, un complejo de siete rascacielos desde el que se contempla gran parte de la ciudad y la vecina Windsor, en Canadá. Queda a pie del río Detroit, y muy cerca del Cobo Hall, sede del Salón del Automóvil de Detroit. Foto: Paul Bica Contrastes Pero la realidad de la ciudad es otra bien distinta. Los rascacielos contrastan con miles
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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