BMW se encuentra inmersa en una tremenda expansión de su gama, una expansión que pasa por entrar en nuevos segmentos, como el de los monovolúmenes o las berlinas de corte coupé, o por crear algunos nuevos nichos de mercado, como el que hoy nos ocupa: el BMW X4. La gama X de BMW, donde se engloban los SUV y crossover y que representa un tercio de las ventas, también está viviendo una importante renovación con la llegada del nuevo X5, el restyling del BMW X3 (que también hemos podido probar), nuestro protagonista el BMW X4 y el BMW X6, que llegará a finales de año, aunque ya hemos podido verlo.
Con el BMW X6 la marca creó un nuevo nicho de mercado en 2008, un nicho de mercado que ha resultado ser un éxito para la bayerische con más de 250.000 X6 vendidos hasta ahora, que la marca va camino de lanzar la segunda generación del modelo. Visto el éxito que tuvo este derivado del BMW X5, la firma alemana decidió hacer lo mismo a partir del X3, creando así uno de esos nuevos segmentos, en el que por ahora juega solo el BMW X4, un modelo que hemos tenido ocasión de probar en su variante xDrive30d, con motor 3.0 diésel de 258CV.
La gama del BMW X4 y sus características principales ya las repasamos con el lanzamiento del modelo, pero hay que dejar claro que todas las motorizaciones equipan la tracción total xDrive y que todos los motores van asociado a cambio automático de ocho marchas con levas en el volante, salvo el diésel de 190CV, que puede tener caja manual de seis velocidades. Salvo en el gasolina de 184CV y el diésel de 190CV, la caja de cambios es la automática deportiva, con una gestión más rápida.
La tracción total xDrive