Lexus y Lamborghini se imponen en condiciones variables en el Super GT en Sugo

El pasado fin de semana el Super GT visitó el pequeño y desafiante circuito de Sugo, que además de las dificultades habituales añadió esta vez una climatología cambiante para acabar de añadir el picante especial a una carrera en la que se impusieron Lexus en el GT500 y Lamborghini en el GT300 por primera vez desde 2006. Sorpresa en la categoría pequeña y victoria clave para el campeonato en la categoría grande, sobre todo por el flojo resultado de Nissan, que pierde la ventaja sacada en Fuji. El domingo para el Super GT empezó pronto, con la sesión clasificatoria del sábado pasada al día de la carrera a causa de la lluvia y la niebla que impidieron que se celebrara en el horario y el día adecuado. Con todo esto, cuando llegó el momento de tomarse la salida, el circuito estaba cerca de secarse del todo, con todos los participantes optando por neumáticos de seco. La carrera no tendría lluvia… solo en teoría. El líquido elemento llegó cuando los coches estaban dando la vuelta de formación. Tan delicada era la situación con la lluvia que dirección de carrera alargó el proceso de vuelta de formación en varios giros, con algunos coches de GT300 arriesgándose a poner neumáticos de agua antes de partir, perdiendo tiempo ya de carrera. En el GT500, las primeras paradas llegaron justo con la salida. El Lexus número 36 de la pole lideraba los equipos en montar neumáticos de agua. Por delante, tres de los otros Lexus quedaban en cabeza mientras los rivales iban poco a poco cambiando de neumáticos. Con todo esto, quien lideraba escapándose de los demás era el Lexus Zent, el actual campeón. En este sentido, la carrera tuvo poca historia y con las distancias creadas en los primeros compases de carrera, todo

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