Nos avisa Dostoyev de que ha sido hallado «el conductor más tonto de Reino Unido». Tal es la distinción que ha conseguido Adrian Smith, un mozo de 46 años que quiso prender fuego a un radar. ¿El motivo? Destruir pruebas, como en las películas. El radar había inmortalizado el momento en el que Smith pasó con exceso de velocidad por la A57, cerca del Puente de Durham, en Lincolnshire. Smith ya había sido sancionado por exceso de velocidad y le habían dado seis puntos. En Reino Unido las sanciones gordas no restan puntos como en España, sino que suman, y cuando tienes el álbum lleno te dan el premio de dejarte sin permiso de conducir. Y nada, que el hombre se asustó cuando el pasado 21 de febrero pasó demasiado rápido por el lugar. ¿Y si perdía el permiso de conducir? De ahí, a quemar el radar. Ah, pero su oda al absurdo no había hecho más que empezar. Sí, porque cuando los agentes de la policía localizaron al pirómano del radar en su casa, descubrieron que en el sótano el hombre tenía unos cultivos de algo de grandes hojas verdes, y no se trataba precisamente de lechugas. Además, resultó que toda aquella marihuana estaba allí para mucho más que para consumo propio. Y suma y sigue: a la acusación de posesión de drogas se le añadió producción y tráfico de estupefacientes. Total, que ahora Adrian Smith ha sido condenado a cumplir dos años de reclusión en el penal de Crown Court Licoln. Los daños causados se estiman en unas 12.000 libras por la cámara (unos 15.160 euros), más otras tantas por la instalación. A todas estas, la plantación de marihuana está valorada en 35.000 libras (unos 44.220 euros). Digamos que si se coloca la mercancía se
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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