La sesión de calificación para el Gran Premio de Hungría que se disputará dentro de unas horas no pudo ser más extraña. A una meteorología cambiante que a diferencia de lo visto el viernes y ayer mismo por la mañana, terminaría por descargar algo de lluvia durante la Q3, se sumó una serie de circunstancias totalmente inpensables que iremos desgranando en las siguientes líneas, que a la postre definirían el resultado de la parrilla.
Antes bien, cabe decir que la pista de Hungaroring presentaba durante el mediodía una temperatura razonablemente alta que ayudaría a extraer buenas prestaciones de los compuestos traídos por Pirelli a la cita magiar —blandos como option (vitola amarilla) y medios como prime (vitola blanca)—, lo que unido a que el asfalto había mejorado sus condiciones con el transcurso de los entrenamientos, permitió a vehículos y pilotos ofrecer un bonito espectáculo.
Así las cosas, la Q1 no podía resultar más chocante. Lewis Hamilton, tras haber rodado un par de giros veía incrédulo cómo su W05 (Mercedes AMG) comenzaba a arder tras haber encarrilado la entrada a garajes, circunstancia que le obligaría a perderse por completo la sesión calificatoria. Pastor Maldonado sufría un problema en su Lotus E22 que lo apartaba de la competición y como guinda, Ferrari cometía un error garrafal al mantener en boxes a su piloto Kimi Raikkonen que le impedía pasar a Q2 por no haber podido mejorar su mejor tiempo.
Liderada por Jean-Éric Vergne con un tiempo de 1’24”941, la Q1 dejaba descartados a los siguientes conductores: Lewis Hamilton (Mercedes AMG), Pastor Maldonado (Lotus), Marcus Ericsson (Caterham), Max Chilton (Marussia), Kamui Kobayashi (Caterham), y como hemos comentado antes, Kimi Raikkonen (Ferrari).
Obviamente, sin la presencia de dos habiuales de la Q2 como Lewis Hamilton y Kimi Raikkonen, la segunda fase de calificación abría un bonito espacio de oportunidades