En Estados Unidos el ambiente está muy caldeado con las últimas llamadas a revisión. Son millones de vehículos los que tienen que ser revisados para subsanar algún problema, pero si hace años Toyota tuvo muchos problemas con el caso Pedalgate, ahora es General Motors la que está involucrada en un problema serio con el fallo de algunos bombines de arranque que han llegado a causar accidentes mortales al apagarse el vehículo cuando este estaba circulando y deshabilitar los airbags, entre otras funciones.
Y lo grave no es que los procesos de calidad y montaje hayan podido fallar, sino que dentro de la propia General Motors muchos directivos eran conscientes de que sus coches tenían estos problemas, y en vez de tratar de solucionarlo, se esforzaron por esconderlo. A raíz de este comportamiento, la senadora estadounidense Claire McCaskill ha lanzado una propuesta de ley muy seria: Cadena perpetua para los directivos que ignoren llamadas a revisión por elementos que hayan podido causar muertes.
Chevrolet Cobalt, modelo afectado por el fallo de bombines de arranque.
Con esta nueva propuesta de ley, la legislación actual cambiaría en otros aspectos y se eliminaría el límite de 35 millones de dólares que los fabricantes tienen que abonar por retrasar llamadas a revisión, además de incrementar las indemnizaciones máximas por vehículo de 5.000 a 25.000 dólares. También hay penas de cárcel de hasta 15 años para aquellos casos en los que haya habido heridos graves en accidentes causados por algún defecto de fabricación.
Las nuevas medidas también contemplan doblar los fondos destinados a la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA)- El propósito es conseguir unos mayores niveles de seguridad en los vehículos, más investigación al respecto y más protección a los consumidores ante las grandes compañías. Si se aprobase esta propuesta de ley, la aplicación no sería inmediata, por lo