¿ Cuántos de los aquí presentes se han saltado como peatón un semáforo? La respuesta es bien sencilla: muchos, y es que o no tenemos la paciencia suficiente o somos demasiados idiotas poniendo nuestra integridad física y las de otros en juego. Además, con las nuevas tecnologías no somos pocos los que no despegamos la vista de nuestro maldito Smarthphone. Si sumamos todo esto obtendremos que la mayoría de los accidentes en ciudad son atropellos.
Tras conocer todo esto no son pocos lo que se han puesto manos a la obra para intentar reducir el número de atropellos o en su defecto disminuir las lesiones que puedan ocasionarse como consecuencia de un atropello. Los fabricantes, debido en parte a las pruebas de choque y a las legislaciones actuales, diseñan los nuevos vehículos teniendo en cuenta también al peatón. Los frontales de los coches actuales tienen que cumplir con una serie de normativas que hacen que sean menos dañinos para los peatones en caso de accidente.
También hay marcas que han apostado por los airbags de peatón, reduciendo así de manera significativa el impacto del peatón contra el capó y evitando que éste golpee contra el parabrisas. Pero sin embargo la medida más eficaz es la concienciación, pero como siempre existen “garrulos” hay quienes han apostado por una novedosa iniciativa que ha conseguido que el porcentaje de personas que esperan mientras el semáforo está rojo aumente desde el 50% hasta nada menos que el 81%.
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En Lisboa, Portugal, la compañía Smart ha llevado a cabo una ingeniosa iniciativa bautizada como el semáforo que baila. Tras conocer el nombre es fácil saber de qué va todo esto, ¿no? En una cabina cercana al semáforo la gente puede bailar a su antojo sin que nadie le vea y el monigote rojo del semáforo imitará todos los movimientos del “bailarín”