Mercedes-Benz quería su negocio de motocicletas. Con BMW con una larga trayectoria en el negocio de las dos ruedas, y Audi comenzando a recoger los primeros frutos de ese gran golpe de efecto que fue la adquisición de Ducati, Mercedes-Benz no quería quedarse fuera de esta fiesta en la que siempre han querido estar, tal vez con la pasión del que sentía esa necesidad, cual amante despechado, por haber dejado que Ducati acabase en manos de uno de sus grandes rivales. Mercedes-AMG y MV Agusta ya han firmado oficialmente su acuerdo. Pero, ¿cuáles son las claves de este negocio?
1. Mercedes no quiere perder la estela de sus rivales. Indudablemente, el curso de los acontecimientos de los últimos años ha debido encender los ánimos, y sobre todo legitimar las decisiones de aquellos que llevaban tiempo abogando por un movimiento de estas características. El mantenerse en la puja con Audi y BMW, aunque sea en un negocio muy diferente al que tradicionalmente ha desarrollado Mercedes-Benz y con una marca que, en cualquier caso, no es la suya, siempre será de buen recibo para una marca que no quiere recibir un gol por la escuadra de sus rivales.
2. Comprar y vender, he aquí la cuestión. Mercedes-AMG GmbH ha adquirido un 25% de MV Agusta S.p.A. y a su vez, Mercedes-AMG es subsidiaria de Daimler, que hace tan solo unos días se deshacía del 4% que aún mantenía en Tesla Motors. ¿Vencen las dos ruedas y se hunde el sueño eléctrico? Parece que no. Según publicaba Reuters, Bodo Uebber, el jefe de finanzas de Daimler, confirmaba que Daimler está muy interesada en estas pequeñas inversiones y habrá más en los próximos años. Sí, pequeñas inversiones, porque en las cifras en las que se mueve un grupo como Daimler es lo que son. En cualquier