Para los amantes de los coches el sonido es algo imprescindible. Nos gusta que los coches suene mucho y alto y es precisamente eso lo que criticábamos al Subaru WRX STI en nuestra prueba, que era muy civilizado y que el sonido del escape era poco radical. Sin duda, se echaban en falta algunos petardeos en reducciones y deceleraciones, esos que hagan girar las cabezas de los viandantes en busca del origen de esas pequeñas explosiones.
Pero nuestro protagonista de hoy no es un WRX STI, ni se le parece. Es un Lamborghini Aventador. Podemos ver como el coche se encuentra parado en alguna calle de Londres, haciendo lo que a muchos ricachones les gusta hacer por las calles de esta gran ciudad, llamar la atención. En un espectáculo sonoro, el V12 lo está dando todo de sí con unos acelerones en vacío que reúnen alrededor a mucha gente. Gente que va a presenciar el poco apetecible final de esta historia, al menos para el propietario.
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Como consecuencia de la banda sonora, el escape del Lamborghini Aventador no solo emite petardeos, también unas impresionantes llamaradas que acaban descontrolándose e inician un peligroso incendio detrás del paragolpes. Rápidamente todos dicen al “conductor” que pare ante el riesgo de incendio. Este sale rápidamente del coche e intenta apagar el fuego con un jersey y soplando, pero al no conseguir nada solo se le ocurre volver a montarse en el coche y salir con prisas a algún lado.
Desde luego la reacción del dueño es cuanto menos sorprendente. Creo que nadie en su sano juicio conduciría un coche que está ardiendo, por pequeño que sea el fuego. La explicación es sencilla, al menos en mi cabeza. El coductor simplemente va a otro lugar, probablemente para evitar el bochorno de contemplar como se quema su toro italiano,