Actualmente, Renault Sport tiene en cartel a los Clio y Mégana RS. Ambos compactos, son grandes opciones dentro de sus respectivos segmentos, regalando al conductor sensaciones radicales. Y es que, los dos han ido evolucionando para llegar a ofrecer una gran experiencia dinámica gracias, por una parte a sus mecánicas, y por otra, a los ajustes específicos que sufren.
Uno de estos apartados, el que concierne al motor, podría alterarse en el futuro. Os explico, según parece, Renault Sport estaría dispuesta a montar en sus versones deportivas una configuración híbrida. Los tiempos cambian y está claro que o te adaptas, o mueres. Además, con la oleada de superdeportivos híbridos, la llegada a otros segmentos radicales será cuestión de tiempo.
Tiempo para que resulte rentable para la marca y el cliente. El Renault Clio RS 200 EDC tiene un precio que arranca en 24.000 euros. El utilitario francés, tras una envoltura agresiva, esconde el motor de 1,6 litros turboalimentado que desarrolla 200 caballos de potencia y 240 Nm de par. Un corazón gobernado a través de la tranmisión automática EDC de doble embrague.
Por su parte, el Renault Mégane RS 265 se vende desde 28.500 euros. El hermano mayor del Clio, además de recibir las pertinentes modificaciones exteriores e interiores que lo diferencian de la gama, esconde debajo de su piel el motor de 2,0 litros capaz de ofrecer 265 CV y 360 Nm de par. Al contrario que el pequeño deportivo, éste utiliza una caja de cambios manual de seis velocidades.
Del compacto, recientemente, ha nacido otra versión todavía más radical. Se trata del Renault Mégane RS 275 R-Trophy, una bestia que se ha proclamado rey de Núrburgring siendo el tracción delantera más rápido del “infierno verde”. La tarifa del Mégane más extremo de todos es de 46.800 euros, y es que lleva la