Olvida por un momento todo lo que conoces. Olvida cuál es para ti el Ferrari más bestia, el más bonito, el más rápido, el que desearías tener en tu garaje, o el que solo moverías en un remolque para disfrutar en un circuito. Lo que ves es con diferencia el Ferrari más bestia que tu dinero podría pagar, demasiado tecnológico para la competición, demasiado rápido y deportivo para salir con él a la calle. El Ferrari FXX K es el Ferrari definitivo, con mayúsculas, la última tecnología del cavallino rampante puesta al servicio del programa Corse Clienti XX, un laboratorio sobre ruedas que va más allá de cualquier homologación FIA, que va más allá de lo que la razón te permitiría disfrutar en carreteras abiertas.
Como ya habrás podido comprobar, el Ferrari FXX K es una versión monstruosa y muy radical del Ferrari LaFerrari. Es el eslabón perdido entre un hiperdeportivo de calle y un GT de carreras, solo que en este caso sería ridículo compararlo con cualquiera de ellos.
Esta bestia está equipada con un motor V12 de 6.262 cm3 que desarrolla 860 CV. La K que completa su nombre no es otra cosa que una sigla que nos recuerda la presencia de un sistema de tipo KERS, un dispositivo capaz de recuperar energía y entregarla para añadir otros 190 CV a la ecuación final de esta máquina. El resultado son 1050 CV de potencia y 900 Nm de par máximo, cifras apabullantes con las que seguro sería capaz de medirse de tú a tú con los mejores deportivos de carreras. Aunque ya te adelantamos que el Ferrari FXX K nunca se dejará ver en una carrera.
Ferrari ha cogido su motor de doce cilindros y lo ha dotado de un nuevo árbol de levas, distribución mecánica (en vez de hidráulica), un