No lo conoces, y probablemente jamás lo conocerás. El Porsche 718 iba a ser el modelo de acceso de la marca, un deportivo similar en concepto al Boxster, pero con un enfoque mucho más asequible. Ahora la marca parece que ha paralizado el proyecto definitivamente. No pueden permitirse tanto éxito.
Porsche, como cualquier empresa, vive de sus ventas. Por norma general, vender más resulta en mayores ingresos, pero ahora esto a Porsche no le interesa tanto, desde que la marca está viendo peligrar su exclusividad, su estatus de coche halo, una vez que sus ventas se están disparando y batiendo récords.
Por otro lado, es normal. Porsche lleva varios años ampliando su gama, y haciéndolo precisamente hacia segmentos estratégicos. La llegada del Macan, su última incorporación, ha supuesto su entrada en un competido segmento en el que ahora colocar su sello y abrirse un jugoso hueco entre la competencia.
El Porsche 718 pretendía lo mismo, pero con un espíritu más deportivo, más similar al Boxster, un pequeño biplaza que supusiera el acceso a la gama Porsche con todos los ingredientes pero a un precio menor. Además Porsche pretendía desarrollar el coche por su cuenta, lo que dispararía los costes.
Y ese no es problema, no. El problema es que su precio, que se acercaría a los poco más de 45.000 euros, supondría abrir un nuevo frente de ventas que la propia marca sabe que va a conseguir, y además con éxito. Sin embargo, el hecho de vender más no resulta rentable cuando estás disminuyendo la deseabilidad del resto de tu gama.
Porsche no sólo vende coches, vende imagen, y debe cuidarla para que sus coches representen un cierto estatus. La llegada del Boxster ya creó controversia, por no hablar del Cayenne y ahora del Macan, pero la marca ha conseguido rentabilizar su inversión sin perder