En Volvo tienen un planteamiento muy claro y definido en lo que a motorizar sus vehículos se refiere. La marca sueca ha sido y es un referente en seguridad, pero ahora también buscan serlo en eficiencia. Volvo está desarrollando nuevos motores gasolina y diésel de bajos consumos y emisiones y su estrategia pasa por ir eliminando todos los motores de más de cautro cilindros. Downsizing al poder. Modelos como el Volvo XC90 ya cumplen con la promesa de tener solo motores de cuatro cilindros (o hasta tres en otros modelos).
Eso es en materia de motores de combustión, pero en materia de energías alternativas, híbridos y eléctricos, Volvo también tiene muy claro el camino a seguir. La compañía apostará sus cartas a los híbridos enchufables. Actualmente en su catálogo podemos encontrar el Volvo V60 D5 Plug-in Hybrid y el Volvo XC90 T8, que combinan un motor diésel en el primer caso y uno gasolina en el segundo con otro eléctrico que se alimenta de unas baterías que permiten cierta autonomía en modo eléctrico.
La marca asegura estar preparada para lanzar al mercado un coche puramente eléctrico, pero no lo harán hasta que no lo consideren rentable o adecuado a la situación del mercado. Así se ha explicado el vicepresidente de estrategia de producto, Lex Kerssemakers.
Volvo apostará por los híbridos enchufables ya que según ellos es la forma de tener lo mejor de cada mundo. Por un lado se tiene una autonomía eléctrica suficiente para la mayoría de las personas, mientras que por el otro el motor diésel o gasolina brinda la posibilidad de poder hacer viajes largos sin problemas de autonomía, mientras que un coche eléctrico estaría condicionado a entornos urbanos.
Con la hibridación Volvo también consigue mayor nivel de prestaciones con unos consumos y emisiones inferiores, además de poder ofrecer sistemas de