Cuando compramos un coche de segunda mano, especialmente si es muy barato, siempre nos queda la duda de cómo estará el coche y cuanto tiempo nos durará sin dar averías graves que no merezca la pena reparar. Seguro que hace 38 años, cuando Bob Sportel se compró una pick-up Chevrolet del año 1957 por 75 dólares, jamás imagino que le duraría tanto.
En su momento una pick-up de 20 años y de ese precio era lo máximo a lo que podía aspirar para poder desplazarse diariamente a la granja en la que trabajaba. Pese a que con los años su situación laboral y económica fue mejorando, siguió conservando el que fue su primer coche, y hoy 38 años después, sigue conduciendo el mismo al coche al trabajo cada mañana.
75 dólares en 1977 no era tan poco dinero como ahora, pero para hacernos a la idea, un Ford Pinto, que era uno de los coches más baratos y peores del mercado, costaba 2.900 dólares. La camioneta no estaba en especial buen estado y sigue sin estarlo. Es más, cada vez está más deteriorada pero Bob está encantado con ella porque asegura que el único gasto que le ha generado en 38 años ha sido el de mantenimiento, realizándole cambios de aceite cuatro veces cada año.
La pick-up Chevrolet acumula aproximadamente 500.000 kilómetros. No se sabe exactamente cuantos porque como era de esperar, el cuentakilómetros y el velocímetro no funcionan. Además de tener toda la carrocería oxidada, con agujeros importantes y piezas sujetas de cualquier manera, el asiento del conductor ha sido tapizado con moderna cinta americana para evitar que se salga la espuma. Pese a todos sus defectos, Bob seguirá utilizando esta pick-up durante todo el tiempo que pueda. Sin duda, en 38 se le coge a cariño a un coche, esté como