La Policía de Bélgica acaba de adquirir una unidad de Knight Industries Two Thousand – también conocido como KITT. Es lo primero en lo que pienso al ver la imagen de un Skoda Octavia RS negro que acaba de adquirir el equivalente belga de la Guardia Civil de Tráfico. Este Skoda Octavia RS negro circula sin distintivos policiales, pero con un enorme protuberancia sobre el capó, que si estuviéramos en una película de James Bond seguro tendría ametralladoras y misiles. Tampoco esconde la admisión o el compresor de su motor, ni un gigantesco V8. Retiene su motor 2.0 TSI de 220 CV de serie.
Además de parecer muy futurista, este sistema está dotado de cuatro cámaras, dos apuntando al frente y dos apuntando a los laterales, para vigilancia urbana.
Pero realmente lo que tiene es un avanzado sistema de reconocimiento de matrículas mediante cámaras, conectadas a la base de datos de la Policía. Este vehículo patrullará las carreteras y autopistas de Bélgica, leyendo matrículas de manera continuada. Si una de las matrículas resulta pertenecer a un coche denunciado como robado, o es un coche que circula sin seguro obligatorio, el Skoda Octavia RS está autorizado a salir en su persecución para atrapar al ladrón o infractor. Aunque no lo parezca, este Octavia es incapaz de captar a los que circulan con exceso de velocidad. Ni el inspector gadget es capaz de hacer todo lo que quiere al mismo tiempo.
El sistema funciona mediante tecnología infrarroja y es capaz de funcionar tanto de noche como en malas condiciones climatológicas. Al parecer, según se reporta desde varios medios, la instalación de este sistema había tenido un coste de nada menos que 85.000€. A ello, hay que sumar los aproximadamente 30.000€ que cuesta un Skoda Octavia RS en Bélgica. No obstante, el potencial que tiene este