Los SUV están de moda en España. No estamos revelando ningún misterio, nada que no sepas ya. Y con el auge de los SUV se ha producido un efecto no menos llamativo, la caída de algunos de los segmentos tradicionales que hasta hace poco dominaban en el panorama nacional. Y es que resulta lógico pensar en que cuando un cliente decide adquirir un SUV, está renunciando a otro tipo de automóvil, generalmente un sedán, un compacto o un monovolumen, los segmentos que más están “sufriendo” – por decirlo de alguna forma – la irrupción de lo que muchos denominan como el crossover. Pero, ¿de qué forma está afectando ese efecto al panorama comercial de cada marca, en particular? ¿Sabías que marcas como Nissan, Porsche, Honda y Mazda venden más SUV que cualquier otro tipo de automóvil?
El auge SUV en Europa ha hecho que muchas marcas aboguen por un profundo replanteamiento de su gama, por modelos todocamino que a día de hoy suponen la mayor parte de sus ventas en el mercado español.
Algunas marcas, especialmente las japonesas, han entrado en lo que hemos decidido denominar como la SUVdependencia. Puede que el propio término, la dependencia del SUV, pueda evocar connotaciones negativas. Nada más lejos de nuestra intención. Desde la primera acepción de la RAE ya podemos definirlo como esa subordinación de los objetivos comerciales de una marca al éxito de uno o varios modelos concretos, en este caso SUV.
Y es aquí donde nos encontramos con el efecto más positivo que han experimentado todas aquellas marcas que han logrado cautivar a sus clientes con uno o varios SUV, el elevado volumen de ventas que están cosechando en España y, en muchos casos, extensible a Europa. Pero también nos encontramos con un efecto negativo. A menudo esa focalización en un único producto está