El Mazda CX-3 llegará a los concesionarios españoles antes de lo que nos pensábamos, en apenas unas semanas. Pero Japón ya ha asistido al lanzamiento de un nuevo modelo que promete ser un revulsivo más, un nuevo aliciente para los clientes de Mazda, que llevaría a la marca japonesa a lograr unos resultados impensables hace tan solo unos años, cuando la crisis cambió por completo el panorama del mercado español. Pero la sorpresa llega al conocer la gama de motores con la cual estará disponible este modelo en los concesionarios japoneses. El Mazda CX-3 se comercializará únicamente con un motor diésel, lo cual es casi una provocación en un mercado en el que los diésel representan una porción marginal de las ventas. ¿Qué ha llevado a Mazda a tomar esta decisión?
Mazda ha conseguido convencer a sus clientes japoneses de que sus diésel son una alternativa interesante. El 75% de las ventas de CX-5 en Japón son diésel.
Para entender el atrevimiento de Mazda, porque no deja de ser una apuesta a priori arriesgada, hay que considerar los precedentes de otros modelos, como el Mazda CX-5. El CX-5 supuso un auténtico cambio de las reglas del juego en Japón. Su tecnología de motores SKYACTIV-D, su eficiencia y, sobre todo, la limpieza de la combustión para cumplir con la normativa de emisiones Euro VI sin requerir un tratamiento adicional de emisiones de NOx mediante AdBlue o “NOx-trap”, fue suficiente para convencer al cliente japonés de que el diésel, al menos en estas condiciones, sí era una alternativa interesante.
Mazda acaparó más de la mitad de los diésel que se vendieron en 2014 en Japón.
A día de hoy, un 75% de los compradores de Mazda CX-5 en Japón escogen diésel. Sin ir más lejos, Mazda consiguió hacerse con más de la mitad de las ventas