Con tanto movimiento en este Salón de Ginebra cualquiera puede ponerse de los nervios. Rolls Royce llega para calmar al público, y a sus acaudalados clientes, con el Phantom Serenity, una nueva versión que no pretende sino crear un ambiente distendido y de paz en su interior inspirado en la cultura oriental.
El exterior sólo presenta una modificación, una modificación frente al modelo de serie que el propio departamento de personalización a medida ha calificado como la pintura más cara jamás creada para uno de estos modelos únicos. Se trata de un color que denominan Bespoke Mother of Pearl, una pintura perlada que necesita de no menos de 12 horas de pulido a mano. Una fina línea con un discreto motivo floral remata la estampa de esta peculiar versión.
Pero lo realmente interesante del Rolls Royce Phantom Serenity se esconde en su habitáculo. Se ha creado lo que denominan un jardín privado de reflexión, y no es para menos. Los motivos florales son la clave de su diseño, unos dibujos a mano sobre seda sin hilar. Cada panel necesita cerca de 600 horas de trabajo.
Así podemos disfrutar de un techo en este curioso acabado, sin olvidar paneles de puerta o, incluso, los revestimientos interiores de los pilares. Para realizar el contraste de color se ha confiado en unos paneles de cerezo ahumado que cubren buena parte del salpicadero o de las molduras de las puertas.
Atrás, en el maletero, se ha trabajado también la personalización con un conjunto rematado en cuero de color Artic White, el mismo color que ha teñido la moqueta interior.
El Rolls Royce Phantom Serenity es una versión one-off creada por el departamento a medida de la marca que se presenta estos días en el Salón de Ginebra. Su precio no se ha publicado pero no dudamos de una pieza