Ya no nos extraña, absolutamente nada, que Google esté cada vez más presente en las conversaciones sobre coches. Google ha visto en la conducción autónoma una rentable e interesante forma de inmiscuirse aún más en nuestras vidas afianzarse en un nicho de mercado completamente nuevo para ellos. Ya hemos visto su prototipo de coche autónomo, con forma de huevo, y cómo se vieron obligados a instalar pedales y volante, algo de lo que en un principio Google quería prescindir. Ahora nos hemos enterado de que Google ha patentado, entre otras cosas, un airbag externo que se desplegará del parachoques.
Para un fabricante nuevo en el negocio, que quiere estrenarse un coche autónomo, la seguridad será uno de los aspectos más importantes.
No podemos ni siquiera hacernos a la idea de lo importante que será la seguridad para la primera generación de coches autónomos que llegue a los concesionarios, especialmente si eres una marca nueva en el negocio. De ahí que Google ya esté pensando en nuevas ideas para mejorar la seguridad del que sería su primer coche.
Pero la pregunta que nos hacemos ahora es la siguiente, ¿cómo puede ayudar un airbag en el parachoques a mejorar la seguridad?
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La idea que persigue Google no es exactamente la misma, pero sí muy parecida a la del airbag de capó del Volvo V40.
El principal objetivo de Google es mejorar la protección de los peatones. Un coche autónomo debería ser lo suficientemente inteligente como para no atropellar a un peatón. Y no creemos que Google no confíe en su coche autónomo. Lo más probable es que no confíe en los peatones. Y como incluso con un sistema avanzado de prevención de atropellos no estaría garantizada una efectividad máxima, habrían desarrollado una especie de airbag desplegable que atenuaría el golpe. Según