Reconozcámoslo. Cuando vimos por primera vez el aspecto del Citroën C4 Cactus – presentado como prototipo, casi definitivo, C-Cactus – nos sorprendimos. Después llegaría la fase de negación, en la que no podíamos comprender por qué Citroën había tomado tantos riesgos con un producto a priori incomprensible. Más tarde lo probé y quedé convencido de que jamás me compraría un Citroën C4 Cactus, probablemente por las mismas razones que comprendí que muchos clientes sí estarían dispuestos a comprarlo. Y al final todo apunta a que el Citroën C4 Cactus va a ser uno de los modelos más populares y rentables de la marca en España. ¿Sabías que este coche esta a punto de convertirse en el modelo más vendido de Citroën en nuestro país? Como lo oyes.
El Citroën C4 Cactus es un coche que odiarás o amarás, pero en el que sus creadores han sabido reconocer muy bien que el cliente ya no tiene tan clara la barrera que separa a los segmentos tradicionales.
El Citroën C4 Cactus es un coche difícilmente clasificable. Se deriva de una plataforma del segmento B, tiene dimensiones más propias de un compacto, espacio digno de un monovolumen y un aspecto y unas proporciones que buscan darle un toque de crossover. Encontraríamos tantas razones para encasillarlo en alguna de estas categorías como para no hacerlo.
Pero el cliente, a la hora de comprar un coche, ya no tiene tan clara la barrera que separa a un compacto de un crossover, a un monovolumen de un todocamino, o a un utilitario de un compacto. Y en un mercado repleto de clones, el Citroën C4 Cactus te puede gustar, o no, pero no podrás negar que ha sabido arriesgar con una de las apuestas más originales que hayamos visto en mucho tiempo.
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El Citroën C4