Si echo mano de los recuerdos de pequeño, los Volvo, eran aquellos coches de diseño cuadrado y duros como una piedra. Es cierto, de tanto oir a aquellas personas decir, no son demasiado bonitos pero son muy seguro, incluso me lo creí. Pero poco a poco crecía, y seguía sin saber demasiado de ellos, sin entender porque se habían ganado esa fama de seguros. Aunque una cosa era clara, seguían pareciéndome más un conjunto de cuadriláteros, que un vehículo.
En esos años en los que mis amigos ya vacilaban de bigotillo y yo solo tenía que conformarme con pelusilla, empezaba a entender algo más la filosofía de esa marca sueca. Entonces, las palabras que tantas veces había escuchado sobre la dureza de los de Suecia, cobraban sentido. Unos cuantos años más tarde, me encuentro delante del Volvo S60, con las llaves en la mano, y a punto de empezar un noviazgo de siete días. ¿Qué ha pasado con el diseño? ¿Qué ha pasado con la seguridad? ¿Seguirá intacta mi mentalidad sobre ellos?
Caja automática de ocho velocidades para la berlina de la marca sueca, el Volvo S60. Una incorporación a la gama que, es posible relacionar, con la variante D4 y T5. El conjunto, parece ganar, de primeras podría ser una relación de futuro ¿no? En nuestro caso, es con el D4, la alternativa diésel de 181 caballos de potencia, con quien tendremos el gusto de compartir una semana. Por lo tanto, basta de preámbulos, basta de charlas y, empecemos, pues.
Quién te ha visto y quién te ve
Y regreso a donde lo había dejado. No podía dejar pasar esta oportunidad para hacer balance de todo lo que ha cambiado la compañía. Quién te ha visto, y quién te ve. Delante de mí tengo a un tipo apuesto, bastante atractivo diría, de línea deportiva, de