Desde hace años veníamos anticipando un hecho: el futuro del automóvil pasa por una utilización extensa de la fibra de carbono. Pues bien, queridos lectores, ese futuro ya ha llegado. El BMW Serie 7 marcará un antes y un después en la aplicación de la fibra de carbono en el ensamblado de un coche que, ni es un superdeportivo – véase el Lamborghini Aventador – ni tampoco un producto fabricado en series muy limitadas – véase el BMW i8. BMW acaba de dar ese paso que esperábamos, el de conseguir la perfecta cohesión entre acero, aluminio y fibra de carbono en la estructura de un gran sedán, que según nos cuentan adelgazará 130 kilogramos con respecto a su predecesor, a pesar de estar más equipado y contar con una estructura más rígida y segura.
El nuevo BMW Serie 7 empleará una estructura basada en aluminio, acero y fibra de carbono.
El BMW Serie 7 se nutrirá de lo que la marca alemana ha denominado el Carbon Core, y que aseguran es la transferencia tecnológica de la estructura de fibra de carbono del BMW i8 a un producto más común. A diferencia de deportivos como el i8, el Alfa 4C y el Lamborghini Aventador, el BMW Serie 7 no se aprovechará de un monocasco de fibra de carbono, lógicamente, sino de una serie de estructuras ensambladas en un polímero reforzado con fibra de carbono que se fusionarán con aceros de alta resistencia y aluminio para crear una estructura mucho más rígida y resistente a fuerzas torsionales y de flexión, pero también mucho más ligera.
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La fibra de carbono solo se utilizará en elementos estructurales, pero no en su carrocería.
La fibra de carbono de la nueva generación del BMW Serie 7 será algo que sabrás que está ahí, aunque de