En cualquier parte del mundo los test de seguridad de los coches se miden por unos estándares. Es lógico que se hagan pruebas de laboratorio replicando siempre las mismas condiciones, es la única forma de comparar de forma objetiva distintos coches. Claro que esto siempre da lugar a que los fabricantes optimicen el diseño de sus vehículos a las pruebas. Es tan fácil como hacer las mismas pruebas en la fase de desarrollo y comparar resultados.
Eso lógicamente se traduce en la posibilidad de reforzar los puntos débiles de los vehículos para aprobar con nota, y eso es lo que cree el IIHS (Insurance Institute for Highway Safety) americano que sucede con una de sus pruebas más importantes, el small-overlap test, una prueba de impacto frontal con el 25 de la superficie del vehículo.
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En esta prueba de impacto frontal introducida en 2012 pudimos ver como muchos fabricantes de prestigio no aprobaban, mientras que otros fabricantes como Volvo o Subaru destacan por tener prácticamente toda su gama de vehículos con la mejor puntuación posible, el Top Safety Pick +, que queda condicionado a sacar la mejor nota en este test. Los resultados difieren mucho de otras pruebas, que se hacen con un 40% de solape entre el vehículo y la superficie de impacto.
Ahora el IIHS sospecha que algunos fabricantes están reforzando únicamente la parte izquierda de los vehículos (en la que se prueba el impacto) para aprobar en estas pruebas. Debido a eso, el organismo estaría buscando la forma de acabar con la picaresca de los fabricantes y al mismo tiempo, velar por la seguridad de los conductores. Se trataría de descubrir a algún tramposo haciendo las pruebas indistintamente con un lado u otro de los vehículos.
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