De siempre, el gasóleo y el agua se llevan a matar entre sí, sobre todo si los mezclamos en un motor. Ah, pero eso ha sido hasta que Audi, que como sabemos lleva años perfeccionando sus motores TDI, ha logrado ir más allá en su investigación sobre el e-fuel y pasar de generar gasóleo con algas a producir gasóleo con agua y aire. No se trata de magia ni de cuentos como aquel del hombre que se empeñó en vender a quien se lo quisiera comprar su mal llamado motor de agua —motor de hidrógeno, más bien—, sino de pura y simple reacción física entre aire y agua para sintetizar carburante. La reacción que se consigue reciclando CO? y H?O para producir lo que Audi denomina e-diesel. El hito de este carburante e-diesel lo ha desarrollado la automovilística alemana con uno de sus socios, Sunfire, en la planta que la marca de los cuatro aros tiene en Dresden. Explicado en pocas palabras, así se genera este sucedáneo de gasóleo a partir del agua y el aire: Se calienta agua a temperaturas superiores a 800 ºC para separar el hidrógeno del oxígeno. Para este proceso de electrólisis se utiliza energía solar y eólica para hacerlo más sostenible. Se mezcla el hidrógeno con el dióxido de carbono que existe en el aire que respiramos, a una temperatura elevada (sin precisar) para conseguir una alta presión que lleve la mezcla a lo que Audi y Sunfire denominan crudo azul. El crudo azul se refina de forma parecida a como se hace con los crudos fósiles. Y todo esto, pero en inglés y con dibujitos para que se entienda de un modo visual, queda como sigue: El nuevo carburante ya ha pasado por la prueba
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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