Durante las últimas semanas Chevrolet nos ha ido desvelando poco a poco su último modelo, el nuevo Chevrolet Camaro 2016. Finalmente ha sido presentada la sexta generación del que es uno de los deportivos americanos más icónicos. Llega para rivalizar con el también nuevo Ford Mustang y utiliza la misma receta: hacerlo todo mejor. Ofrece más tecnología, nuevos motores, mayores niveles de eficiencia y mejores prestaciones que su antecesor.
No resulta especialmente innovador en cuanto a diseño, adopta unas líneas más fluidas, pero conserva esa musculatura tan característica de la quinta generación, que trata de evocar al modelo original. Pese a ser un modelo completamente nuevo, y de menores dimensiones, sigue siendo reconocible como un Camaro. La aerodinámica se ha optimizado durante más de 350 horas en el túnel de viento.
La carrocería es más pequeña en todas sus cotas, con 4,78 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,35 de alto y puede vestirse de 10 colores diferentes, además de ser personalizada con distintos adhesivos. Los faros delanteros de los modelos más básicos tienen iluminación halógena, siendo de xenón y con luz LED diurna en los modelos altos de gama o como opcional. Los pilotos traseros también pueden tener tecnología LED.
Un interior más maduro
El interior da también un giro radical, aportando un diseño más moderno y de mayor calidad visual, aunque se mantienen elementos característicos del diseño, como la visera del cuadro de relojes. El cuadro se compone de dos relojes analógicos y de una pantalla de 8?. El salpicadero está ligeramente orientado al conductor y cuenta también con una pantalla táctil de 8?.
Encontramos detalles de diseño como los mandos de climatización integrados en las salidas de aire, algo ya visto en el nuevo Audi TT. Así se consigue un salpicadero más limpio. Se introduce de serie el freno de estacionamiento