No me cabe la menor duda de que sabes de qué hablo cuando lo hago de BMW Art Car. Esos coches con decoraciones tan imposibles como tentadoras, tan necesarias en la sosa competición actual, cumplen 40 años de historia. Fue en 1975 cuando este camino artístico de BMW asociado a la competición vio la luz en un 3.0 CSL, modelo que por cierto está de homenaje con un prototipo.
La historia cuenta que en 1975 Hervé Poulain, quien iba a conducir el mencionado 3.0 CSL, en Le Mans le pidió a su amigo Alexander Calder que preparara una decoración para su coche. No sólo lo hizo y creó uno de los coches de competición más icónicos, sino que sin casi quererlo comenzó un nuevo camino en la historia de las decoraciones deportivas.
Los BMW Art Car han seguido vivos desde entonces, a través de prácticamente cualquier generación. Y BMW celebra su 40 cumpleaños exponiendo su colección, 17 coches concretamente, en el museo BMW. Adicionalmente estos modelos se han ido y se irán mostrando en diferentes exposiciones y concursos de elegancia.
Para conocer la importancia de los BMW Art Car únicamente hay que echarle un vistazo a los artistas que han puesto la mano sobre uno de sus modelos. En esa lista entran nombres como Andy Warhol, Frank Stella o Roy Lichtenstein, todos ellos asociados a la cultura pop y a la viveza de colores que representan los coches de BMW.
Además del primer integrante la colección, el BMW 3.0 CSL, hay otros representantes tan icónicos como el 320i de Grupo 5 creado por Lichtenstein, el M3 Grupo A de Ken Done, el Z1 de Penck, el M3 GTR de Chia o, más recientemente, el psicodélico M3 GT2 de Koons.
Fuente – BMW
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