Cuando el primer Volvo XC90 llegó al mercado allá por 2002, este SUV premium compartía segmento con apenas unos pocos rivales. Hoy, en pleno 2015, el mercado de los SUV, especialmente en lo referente al enfoque más premium y prestacional, se ha convertido en un mercado no solo sumamente competido, sino repleto de opciones para llegar al 100% del público e incluso abrir nuevos nichos. Volvo ha tomado buena nota de sus rivales y de cómo han evolucionado las exigencias de sus clientes, y por ello el nuevo Volvo XC90 no llega solo como un nuevo SUV, sino que lo hace innovando y apostando por el enfoque más premium y tecnológico del segmento. Y ojo que esto es decir mucho. Por ello hoy ponemos a prueba el nuevo Volvo XC90.
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El nuevo Volvo XC90 impone desde todos los ángulos. Mucha personalidad, calidad y tecnología para hacerse con el trono de los SUV premium
Las primeras impresiones que nos sobrevienen al ver en persona al nuevo Volvo XC90 es que estamos ante un rival de altura para el actual trío de éxito entre los SUV premium: Range Rover, Porsche Cayenne y Audi Q7. Cada uno de estos rivales se distingue por un enfoque muy específico: aptitudes off-road, deportividad y tecnología respectivamente, obligando al nuevo Volvo XC90 a reeditar la receta de la anterior generación, pero ofreciendo un mayor énfasis en la tecnología de conducción e infoentretenimiento, seguridad, calidad de acabados y dinámica.
No me voy a andar con rodeos, el lenguaje de diseño estrenado por Volvo para el nuevo XC90 es muy posiblemente su mejor carta de presentación. Pese a estar frente a un verdadero salón rodante de enormes proporciones (4,95 metros de largo, 1,92 metros de ancho y 1,77 metros de alto), su estética se muestra limpia a