En sus Innovation Days, donde BMW presenta varios prototipos e ideas de movilidad de futuro, este año la marca ha presentados prototipos de vehículo movidos por hidrógeno. No es novedad en BMW pero sí es novedad el BMW i8 movido por hidrógeno que llega este año, un laboratorio de pruebas rodante con un aspecto más propio de Mad Max que de la vida real.
Lo interesante no es tanto su aspecto, que lo es. Sobre la base de un i8 BMW ha trabajado en su aerodinámica, llevada al extremo para aumentar al máximo la eficiencia. Así, el frontal es completamente nuevo, incluso con más tomas de aire que el modelo de serie y con unos faros nuevos. La pintura mate ayuda a crear ese aspecto tan siniestro como tecnológico.
Atrás es donde más sorpresas vemos, y es que el trabajo de aerodinámica con los alerones integrados en los pilotos del modelo de serie desaparece. Aquí la cola se alarga y se corta abruptamente mostrando multitud de salidas de aire. Para finalizar con el aspecto, las llantas se semi carenan para reducir la fricción.
Pero lo interesante, como decíamos, es lo que se aloja en su interior. Adiós a la configuración de motores eléctricos/motor de gasolina, este BMW i8 monta ahora un sistema de pila de combustible que, gracias al hidrógeno, hace funcionar un motor eléctrico que empuja en eje trasero. BMW está desarrollando este prototipo junto a Toyota, que ya tiene su Mirai, también de hidrógeno, en el mercado.
La célula de combustible, que remplaza en esta ocasión al motor 1.5 triclíndrico del modelo de serie, es más compacta que el motor en cuestión, y es capaz de generar electricidad para mover el motor eléctrico. El hidrógeno y el oxígeno crean una reacción que genera esa electricidad y crea como único residuo vapor de