Kia renueva su modelo de menor tamaño, el Picanto. Para seguir siendo un producto muy competitivo, el urbanita de la marca coreana presenta mejoras en su diseño, acabados, bastidor y equipamiento. Nosotros probamos la versión menos potente de la gama, que resulta más que suficiente y satisfactoria para recorridos urbanos.
Los cambios principales de este renovado modelo se centran, en primer lugar, en el exterior. Sobresale el diseño más acentuado de sus nuevos paragolpes delantero (más estilizado) y trasero (rediseñado para aportar mayor solidez), de la característica parrilla delantera ‘Tiger Nose’ de la marca, o de los faros antiniebla delanteros, con una configuración de forma trapezoidal. También son novedad los inéditos diseños de las llantas de aleación, de 14 pulgadas de diámetro.
Este rediseño del Picanto está disponible en seis colores de carrocería, dos sólidos (Clear White y Alice Blue), y cuatro metalizados (Cherry Pink; Bright Silver; Galaxy Black y Signal Red).
Un habitáculo amplio y con muy buenos acabados
En el interior, la actualización gana calidad gracias a la aplicación de revestimientos de prestancia superior en las salidas de ventilación y el panel de instrumentos, así como a la incorporación de unos nuevos ambientes interiores que generen un entorno de diseño y diferenciación en los acabados Trendy y Sporty. Sigue siendo un coche con un muy buen nivel de acabado, sobre todo si lo comparamos con modelos equivalentes. Todas las piezas presentan un muy buen ajuste y, además, la sensación de calidad es realmente positiva.
El acabado Sporty está únicamente disponible con una determinada paleta de colores exteriores (blanco, negro, plata y rojo), y destaca por equipar una tapicería mixta de tela con PVC en tonalidad negra/rojiza, pedalier deportivo, acabado de puertas en piel sintética e inserciones rojizas, y detalles decorativos sobre el salpicadero, el volante y la palanca de cambios.
Asimismo, el acabo Trendy