Que los japoneses son muy suyos no es discutible. Probablemente los inventos automovilísticos más atrevidos vengan de allí, pero las furgonetas de competición son algo de lo que no sólo pueden presumir los del país del sol naciente. Siempre y cuando no tengamos en cuenta estas furgonetas Dodge de competición preparadas como si de un coche de carreras se tratara.
Conocidos son los japoneses por preparar y sacar el máximo rendimiento de sus coches, pero es que hay una tendencia al alza que son las furgonetas. ¿Su historia? Pues casi la misma que con los coches, tratar de conducir al límite cualquier cacharro y mejorarlo con piezas pata negra. El resultado es el llamado D-VAN GP.
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Estos locos de sus cacharros han optado por la Dodge Ram Van, una furgoneta con motor V8, de gran tamaño y a un precio que les permite acceder a ellas de forma sencilla. En muchos casos la pasión por las modificaciones parte de estos condicionantes, el precio de adquisición y la dificultad técnica. Pocos ejemplos más claros que estas furgonetas de competición.
Son coches de carreras con una carrocería voluminosa, y es que los preparadores pasan meses en el taller ajustando hasta la última de sus piezas, como las suspensiones, la dirección, los frenos y hasta el motor. Los bloques V8 son potenciados mediante electrónicas, piezas adicionales y escapes de carreras. El ingenio no parece tener límites.
Incluso se juega con la tosca aerodinámica de estos coches de reparto, con alerones y mejoras en el frontal, sin olvidar un nuevo juego de llantas o neumáticos de mayor agarre. Los más avanzados buscan también reducir peso cambiando los grandes paneles metálicos por piezas de fibra de carbono. En interior tampoco falla, con asientos backet, instrumentación simplificada y refuerzos.
Una vez al año estos locos del motor, estos asociados ya a