Ya lo decíamos hace unos meses, el peligro hacker es real, nuestros coches necesitan un antivirus. No lo digo yo, lo dicen muchos expertos en la materia, los senadores de Estados Unidos que ya han alertado a los fabricantes de los riesgos (Wired) y los hechos demostrados por dos “hackers”, Charlie Miller y Chris Valasek, que han demostrado que sin acceso físico a un Jeep Cherokee pueden “fulminarlo” en plena marcha, trollear a su conductor, o incluso llevarle a situaciones con el riesgo de sufrir un accidente mortal. Lo mejor es que Andy Greenberg de Wired (merece muchísimo la pena leer su artículo) se ofreció de conejillo de indias para experimentar sus trucos.
Comenzaron hackeando un Prius y un Escape por su puerto OBD. Pero ahora son capaces de fulminar un Jeep Cherokee en marcha sin tocarlo, a miles de kilómetros de distancia.
Charlie y Chris ya habían conseguido numerosos avances en 2013, explotando vulnerabilidades en la tecnología de algunos vehículos, como el Toyota Prius y el Ford Escape. Pero en aquella ocasión, y pese al revuelo generado por sus descubrimientos, los fabricantes no se lo tomaron demasiado en serio, en tanto solo podían atacar a su coche manteniendo una conexión física con el coche, accediendo a su puerto de diagnóstico OBD.
Pero ahora la cosa se ha puesto interesante. Cada vez son más los coches que están permanentemente conectados a internet. Y Charlie y Chris habrían descubierto que pueden poner patas arriba a un Jeep Cherokee únicamente sabiendo la dirección IP de su conexión, mientras comen pizza en un sótano a miles de kilómetros, escuchan black metal y escriben líneas de código verdes sobre fondo negro, mirando a la pantalla con las gafas apoyadas en la punta de la nariz. Lo siento, pero había que sacar a relucir algún cliché de hackers,