Llegados a estas alturas del mes, continuamos con nuestro especial de ocho entregas dedicado a las berlinas deportivas. El protagonista de esta tercera entrega es un modelo que aún podemos ver con relativa frecuencia por nuestras carreteras, pero que algún que otro ha confundido con un TDCI, llevándose la consiguiente sorpresa cuando descubren su rendimiento. Os hablamos del Ford Mondeo ST 220.
Era a principios de 2001 cuando oímos hablar del Ford Mondeo ST 220, lo único que lo hacíamos siendo todavía un concept. Pero no un concept de los que pululan últimamente por los salones que poco tienen que ver con el producto final, sino un concept muy pero que muy cercano a la producción. Tal es este punto que en poco menos de un año se confirmaba a este Mondeo ST 220 como modelo de producción, llegando de forma efectiva al mercado en el primer semestre del 2002.
Llegaba al mercado para darle el relevo al Mondeo RS 24V 2.5i, del que heredaba todo su deportividad para el día a día. Al construirse sobre la nueva generación de la berlina del óvalo, sus cambios fueron muy notables, refinando su imagen, y poniéndolo al día en equipamiento. Su aspecto exterior se diferenciaba claramente del resto de modelos de la gama Mondeo al recibir un nuevo kit de carrocería, mayores pasos de rueda, llantas y neumáticos de mayor tamaño, y puertas totalmente lisas, sin incluir el antiestético protector transversal que incluía el resto de la gama.
En el interior los cambios no son tan destacables, aunque si son lo suficientemente amplíos como para poder diferenciar una unidad ST de otra que no lo es. Empezamos con los asientos, de cuero y firmados por Recaro, el volante y la palanca de cambios también son de cuero, incluyendo las siglas ST. Esas mismas siglas las