Es algo que de verdad no logro entender. Quizá es que me gustan demasiado los coches, pero desde que era pequeño y veía la destrucción de coches por motivos artísticos o por motivos sin aparente lógica, me ponía malo. Lo que la firma de moda Rag & Bones ha hecho debería estar tipificado como crimen si existiesen leyes que considerasen a algunos coches patrimonio industrial. Pero por desgracia es legal destruir un Porsche 911 SC ante los ojos de todo el mundo, sólo porque queda bien en un vídeo de apenas un minuto.
El que avisa no es traidor. No es un vídeo apto para sensibles.
El vídeo comienza con una modelo ataviada con una chaqueta y expresión mística. Expresión que no cambia mientras ve como aparentemente alguien está quemando gasoil en una alcantarilla. El vídeo entonces cambia a una modelo caminando a cámara lenta, alejándose de un Porsche 911 sobre el que cae un gigantesco bloque de hormigón. No contento con ello, el director del vídeo repite el impacto desde diez ángulos diferentes junto a su sonido. Si esto es arte yo soy un monje tibetano y me llaman Bodhi, como en la película.
Lo cierto es que me sigo llamando Sergio Álvarez y Rag & Bone no ha hecho más que destrozar un precioso 911 porque sí. Se dice que era un coche sin motor, pero en un estado aparente más que bueno, al que habría sido muy sencillo montar un propulsor. A todos los que llevamos años buscando un Porsche 911, viendo como sus precios se alejan cada vez más de nuestros ahorros, este vídeo nos duele en el alma. No sé, quizá habría que dejar caer un bloque de hormigón sobre un montón de maniquíes, quizá así la gente de Rag & Bones sintiese algo parecido.
El vídeo no es