Sinceramente no sé ni por dónde empezar esta extrañísima comparativa, creo que para que se entienda lo mejor es que directamente lo cuente desde el principio, desde que empezó a fraguarse. Y es que resulta que teníamos la posibilidad de probar un Mercedes-Benz AMG GT S y no queríamos realizar una prueba normal y corriente, nos apetecía juntarlo con otro buen aparato y dedicar un día entero a hacer fotos. Con las mismas en cuanto me entero descuelgo el teléfono para pedir un Porsche 911 Turbo, el rival natural del AMG GT S. Pero la desilusión me embargó por completo en el mismo momento que al otro lado del hilo telefónico me confirman que no tienen ningún 911 Turbo en la flota de prensa, mi gozo en un pozo. Y ahí fue cuando algún cable se nos debió cruzar y uno de nosotros dijo “¿y si lo comparamos con un BMW i8?”. Después de regalarnos los oídos con perlas de todo tipo (absurdo, ilógico, incomparables, tú estás muy mal, pues a mí me mola, no lo veo, etc) la cosa empezó a coger peso. Tanto fue así que nos empezamos a automotivar y no sabíamos qué iba a salir de todo esto, pero lo que estaba claro es que ya no queríamos juntar el GT S con ningún otro coche que no fuese un i8. Y no paramos hasta conseguirlo a pesar de que las fechas descuadraban por todas partes. Y después de darle muchas vueltas al tema, después de probarlos, retratarlos, enseñarlos y disfrutarlos, lo tengo muy claro, son perfectamente comparables si no los comparamos. Son coches en principio opuestos, pero tienen algo en común: el público al que van dirigidos. Ya, ya, el que piensa en comprarse un AMG GT S posiblemente ni se le pase
Podcast también disponible en PocketCasts, SoundCloud, Spotify, Google Podcasts, Apple Podcasts, and RSS.
El podcast
Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
Acerca del podcast