¿Quién no ha vivido alguna vez una situación absurda al llegar a una intersección? No solo hablamos de coches, también de una acera, un pasillo. Te cruzas con alguien y te mueves a la izquierda para dejar paso, no os ponéis de acuerdo y él también hace lo propio, al final acabáis chocando. Vas a entrar a un ascensor, y cedes el paso a otra persona, esa persona te cede el paso a ti, ambos dais un paso adelante, os detenéis, volvéis a dar otro paso adelante. Al final habéis pasado unos segundos absurdos por mera cortesía. Imagina que en vez de un ascensor, hablamos de una intersección con señales de Stop en ambas vías, por una de las cuales se aproxima una bicicleta, por la otra Google Car. Y ante nosotros dos minutos absurdos de “pasa tú”, “paso yo”, que hicieron que Google Car enloqueciera.
El carácter previsor y muy conservador del coche autónomo generará situaciones absurdas como la descrita por este ciclista. Situaciones que solo las pruebas en entornos reales irán corrigiendo.
Sucedió hace unos días en Austin, donde Google está llevando a cabo las pruebas de sus prototipos de coches autónomos. Y la historia la contaba uno de los implicados en el foro de Roadbike Review, culminando con una frase lapidaria con la que cualquier ciclista se sentiría identificado “me sentí más seguro con un coche autónomo, que con un coche conducido por un humano“.
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Los coches autónomos conducirán como tu abuela
Los hechos habrían sucedido de la siguiente forma. Google Car se aproximó a la intersección un instante antes de que llegara la bicicleta. El ciclista se detuvo, y Google Car tomó su prioridad de paso para proseguir la marcha. En ese preciso momento el ciclista avanzó unos centímetros, lo suficiente para que el coche