Si pensamos que el futuro de la industria del automóvil es tan sencillo, sí, tan sencillo como coches que sean capaces de desplazarse desde un punto X a un punto Y sin conductor, no podríamos estar más equivocados. Iniciativas como el Google Car no son más que la punta del iceberg. El gran salto para la industria del automóvil, y probablemente la humanidad, llegará con el desarrollo de la inteligencia artificial. El coche autónomo solo tomará sentido en el momento en que su tecnología goce de verdadera inteligencia artificial. Y probablemente, cuando llegue ese día, habremos firmado la defunción, a todos los efectos, del concepto de conductor humano. Toyota lo sabe. Y tal vez por eso acabe de anunciarse un nuevo proyecto de investigación que acometerán en el famoso Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y la Universidad de Stanford, para avanzar en el desarrollo de la inteligencia artificial aplicada al coche autónomo.
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Toyota invertirá un total de 50 millones de dólares en poner en marcha este proyecto que pretende avanzar en lo que según muchos investigadores, y nuestra opinión ya expresada en el primer párrafo, transformaría por completo la industria del automóvil.
El siguiente gran paso adelante de la industria, especialmente en lo que concierne a la seguridad, llegará en el momento en que la toma de decisiones esté a cargo de máquinas capaces de “razonar” y actuar con mayor rapidez que nosotros, pobres e imperfectos humanos. Para lo cual es necesario algo más que coches capaces de tomar los mandos, interactuar con su entorno y seguir indicaciones de GPS.
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