Las rigurosas normativas frente a las emisiones de CO2 vienen, desde hace unos años, marcando las pautas de la industria automotriz. El concepto downsizing se ha hecho famoso porque ni los fabricantes más populares de superdeportivos han podido escapar a él. Los híbridos y eléctricos se adentran paso a paso al mercado, siendo aún tímida su presencia. Aunque desde ahora en California, se va a hacer notar. La Policía de Los Ángeles anuncia que incluirá a su flota de vehículos un BMW i3 y un Tesla Model S P85D para las labores propias de un miembro del cuerpo de seguridad.
Aunque, como todo policía que entra en el cuerpo, tendrán un tiempo de prácticas. En este tiempo realizarán las tareas que le competen como vehículos de policía con el objetivo de probar la eficacia de ambos modelos en este trabajo. Si tras este periodo el resultado es favorable, la Policía de Los Ángeles adquirirá 100 vehículos de características similares. Igualmente se baraja la posibilidad de introducir híbridos enchufables, aunque la previsión es que en 2017 la mitad de los coches que se unan al parque móvil sean eléctricos.
Si bien hay que señalar que la LAPD (el cuerpo de policía de los Ángeles) tiene a sus servicio 26 vehículos eléctricos entre los que se encuentran motocicletas y scooters. Y es que su objetivo es que en 2025 el 80% de vehículos que se sumen a las labores de la policía sean eléctricos. Con la llegada tanto del BMW i3 como del Tesla Model S el departamento prevé una reducción del 41% en el coste de operación además de la consiguiente disminución en emisiones de CO2.
El BMW i3 monta un motor eléctrico de 170 caballos de potencia con el que es capaz de acelerar de 0-100 km/h en 7,2 segundos además de ofrecer una autonomía de 160 km.