¿Cómo serán nuestros coches cuando no necesiten un conductor para llevarnos a nuestro destino? Buena pregunta. Google concibió un coche con forma de huevo, sin volante, ni pedales, ni limpiaparabrisas, porque, qué demonios, no necesita conductor. Hasta el coche de Google tuvo que enfrentarse con la dura realidad. Incluso para una fase de pruebas en carreteras abiertas, requerirá de una interfaz de usuario como cualquier otro coche, que permita su uso no-autónomo. Y en esa línea Volvo ya trabaja para simplificar los controles de sus primeros coches autónomos y conseguir que su habilidad autónoma, y la posibilidad de que el conductor tomen los mandos, sean perfectamente compatibles.
Los clientes de Volvo disfrutarán de los primeros coches autónomos en 2017
Volvo ha pensado en un entorno en el que existirán carreteras aptas para coches autónomos y tramos en los que el conductor ha de tomar los mandos. De manera que el conductor reciba un aviso en la interfaz que le indicará que se aproxima a un área de conducción autónoma, y la posibilidad de delegar la responsabilidad de conducir en su coche. El conductor pulsa las dos levas del cambio de marchas en el volante a la vez (un movimiento similar al que hacemos en algunos deportivos para desengranar la marcha, y seleccionar el modo N, el punto muerto de la transmisión), la iluminación de las levas cambia y el piloto automático entra en funcionamiento.
Cuando el tramo de conducción autónoma ha terminado, el conductor será conminado a tomar los mandos. Si este no tomase los mandos, el coche se detendrá automáticamente en un lugar seguro.
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¿Una tecnología conceptual? Sí, y no. Esta interfaz de usuario estará disponible muy pronto, en 2017. Por las calles de Gotemburgo, en Suecia, estarán rodando 100 coches autónomos basados en el Volvo XC90 y