El coche que está en vuestras pantallas – por llamarlo de alguna manera – ha sido recientemente creado por Red Bull. La empresa fabricante de bebida energética es la más activa en su compromiso con el deporte extremo, así como las fiestas. En muchas ocasiones suelen combinar ambas, pensad en una fiesta nocturna tras un campeonato de snowboard. Es así como han llegado a la creación de esta discoteca móvil. Lo más curioso es que se han inspirado en el cazabombardero F-22 Raptor estadounidense para su creación.
Está basado en un Land Rover Defender 130 de batalla larga, y ha sido creado en Australia.
Hasta donde recuerdo, el F-22 Raptor no parecía una patata cibernética, pero no pasa nada. Red Bull ha usado una base inesperada para este coche. En vez de una base comercial o el chasis de una pick-up como las Ford F-150, han usado un Land Rover Defender. Un Defender 130 de batalla larga y origen australiano, para ser más precisos. Es donde este engendro ha nacido – y ha sido carrozado – usando decenas de paneles metálicos soldados en la forma del coche que tenéis en pantalla, de aspecto amenazador.
La inspiración aeronáutica es visible en la pintura negro mate – que reflejaría las ondas de un radar de tierra – o en su cabina, con una superficie acristalada que imita el cockpit de un avión. Este Defender es un transformista, y tras llegar a la localización de la fiesta, si es necesario por terrenos de lo más complicado, su caparazón trasero revela sus secretos. Una cabina portátil para DJ, una gran pantalla TFT y dos altavoces de alta potencia, suficientes para romper el silencio de cualquier paraje.
Imaginamos que la electricidad necesaria proviene de un transformador de corriente de a bordo o de un pequeño grupo generador externo, alimentado