Desde hace tiempo venimos advirtiendo de uno de los problemas más importantes para la movilidad en las grandes ciudades europeas, y uno de los retos que ha de resolverse en los próximos años, la contaminación. Las restricciones al tráfico que se han impuesto en los últimos meses no son más que la punta del iceberg de un problema mayor, la existencia de un parque automovilístico que ha potenciado el diésel (por la preocupación de la reducción de las emisiones de CO2, como problema global) provocando una situación aún más preocupante para la polución del aire de nuestras ciudades (el incremento de las emisiones de NOx, como problema local). Eso ha llevado a que países como Francia hayan comenzado a declarar la guerra al diésel. Y esa es la razón que podría llevar al Ayuntamiento de Madrid ha tomar medidas igualmente restrictivas, que eliminen parcial, o totalmente, a los diésel de la ciudad.
La prohibición del diésel completa no parece que vaya a ser posible. Pero muy probablemente nos encontraremos con medidas que sí restringirán el tráfico de los diésel más antiguos y contaminantes.
De momento, no es cierto que Madrid vaya a prohibir los diésel en 2020. Habrá que esperar a la presentación del plan estratégico propuesto por el ejecutivo de Madrid en los próximos días para saber qué hoja de ruta se plantea. En cualquier caso, todo apunta a que el plan conllevará el aumento de las restricciones a los vehículos más contaminantes, especialmente a los diésel, por emitir cantidades muy superiores de NOx que los motores de gasolina. Eso daba a entender la entrevista que El País publicaba hoy mismo de Inés Sabanés, la concejal de Medio Ambiente y Movilidad de Madrid.
Recordemos que de este tema ya se comenzó a hablar hace un año y por ello elaboramos el siguiente