Mulliner es la división que se encarga de crear los vehículos a medida de Bentley. En los últimos meses hemos llegado a ver molduras para el salpicadero hechas de piedra e incluso un Continental GT con un equipo de sonido de 3.400 vatios. Pero el lujo no conoce de límites y por ello el Bentley Flying Spur podrá ser equipado con una serie de accesorios exclusivo creados por esta división.
De esta forma se podrá satisfacer las demandas de los clientes más exigentes. Entra en el catálogo un refrigerador de botellas, situado entre los asientos traseros, donde se podrá guardar el champán esperando para las celebraciones. Además de una botella, puede albergar dos copas, hechas a medida. Se tarda 15 horas en realizar este elemento y el cliente podrá montar el asiento central cuando quiera.
Los detalles son cuidados al milímetro por Mulliner y es la primera vez que se ofrece en el Flying Spur un acabado chapado de la madera que se elija para el habitáculo. La peculiaridad es el proceso, ya que se lija a mano para después se lacado, pintado y finalmente pulido con lana de oveja para adquirir un aspecto similar al de un espejo. La calidad también podrá percibirse acolchando con motivos de diamantes toda la consola central, así como paneles de las puertas o asientos.
Otro detalles del lujo de Bentley son los pulverizadores de plata que pueden ser instalados en el interior de las puertas traseras. Sirven básicamente para refrescar el ambiente con la fragancia que quiera el cliente. El hueco portaobjetos de la consola central también puede ser modificado. Con el toque de Mulliner se convertirá en un elegante compartimento hecho a medida para guardar el reloj y otros objetos pequeños como los gemelos.
Fuente – Bentley
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