Scion nacía en 2003 en el mercado estadounidense de la mano de Toyota. El objetivo de esta marca estaba bien definido, captar un público jóven. La apuesta de la compañía japonesa era ambiciosa a la vez que bastante idílica, captar a clientes en su etapa jóven con Scion, que luego en su madurez se pasaría a Toyota, y finalmente se interesarían por un Lexus. Teoría sencilla, práctica demasiado complicada. Tras casi 13 años la firma japonesa cesará los productos de Scion, un rotundo final muy relacionado con la bajada en números de ventas de la marca.
Y si echamos la vista atrás, nada hacía pensar que esta suerte correría Scion. El pasado año Toyota parecía contar con un proyecto que salvaría esta pequeña marca con lanzamientos como el del Scion iA y el iM, productos que corresponderían a lo que aquí conocemos como Mazda 2 Sedán y Toyota Auris pero con ligeros cambios. De la misma manera parecía que estaban dispuestos a lanzar un Baby SUV, modelo que adelantaban con el prototipo Scion C-HR presentado en Estados Unidos hace algunos meses.
De la misma manera, el Toyota GT-86, deportivo de la marca japonesa, se vendía en tierras estadounidenses como Scion FR-S, un modelo muy atractivo para un cliente joven. Aunque esa clientela que se esperaba llegaba con cuenta gotas en los últimos tiempos. Según cuentan, la media de edad de quien se compraba un Scion rondaba los 49 años, una cifra que se alejaba de la idea de Toyota de captar un público juvenil. Además, precisamente para conseguir atraer a este tipo de clientela el departamento de marketing centraba sus esfuerzos en hacer campañas atractivas.
Los primeros años de Scion fueron alentadores. Los lanzamientos tantos del xB como del xD dieron sus frutos y la marca se iba haciendo hueco. Con el paso